Hernia discal cervical

Una causa común del dolor de cuello, hombro y brazo es una hernia o ruptura de un disco. Los síntomas pueden incluir un dolor sordo o agudo en el cuello o entre las «paletillas» de la espalda, dolor que irradia hacia abajo en dirección del brazo, la mano o los dedos, o entumecimiento u hormigueo en el hombro o brazo. Ciertas posiciones o movimientos del cuello pueden intensificar el dolor.

Los síntomas de una hernia de disco cervical muchas veces se parecen a otros trastornos como el síndrome del túnel del carpo, los problemas del manguito rotador y la gota. En algunos pacientes las hernias de disco cervical pueden ocasionar compresión de la médula espinal en los sitios donde el material del disco presiona a la médula espinal. Esta es una patología mucho más seria y puede requerir un plan de tratamiento más agresivo. Los síntomas de compresión medular incluyen una marcha torpe o con tropiezos, dificultad con las habilidades motoras finas en las manos y los brazos y hormigueo o una sensación de «choque» a lo largo del torso y hasta las piernas.

Anatomía

Disco Cervical Normal Entre cada una de las vértebras (huesos) de la columna hay un disco, un cojinete resistente, fibroso, amortiguador. Las placas terminales revisten los extremos de cada vértebra y contribuyen a mantener en su lugar cada uno de los discos. Cada disco contiene una banda externa, similar a una llanta (llamada anillo fibroso) que envuelve a una sustancia gelatinosa (llamada núcleo pulposo). Las raíces nerviosas salen del canal medular a través de pequeños canales entre las vértebras y los discos. Cuando el disco dañado ejerce presión dentro del canal medular o las raíces nerviosas, puede haber dolor y otros síntomas.

La hernia de disco se presenta cuando el anillo fibroso se rompe y se abre o agrieta, permitiendo que escape el núcleo pulposo. A esto se le llama Hernia del Núcleo Pulposo (HNP, por sus siglas en inglés) o hernia de disco.

Pasos Graduales hacia la Herniación

Hay muchos factores que aumentan el riesgo de hernia de disco:

(1) Algunas situaciones relacionadas con el estilo de vida, como el tabaquismo, la falta de ejercicio regular y una alimentación inadecuada, contribuyen sustancialmente a una mala salud del disco.

(2) A medida que el cuerpo envejece, los cambios bioquímicos naturales hacen que los discos gradualmente se sequen, lo que afecta la resistencia y la elasticidad.

(3) Una mala postura, combinada con el uso habitual de una mecánica corporal incorrecta, puede ejercer una tensión adicional sobre la columna cervical.

Si usted combina estos factores con los efectos del desgaste cotidiano, las lesiones, una manera incorrecta de levantar objetos o los movimientos de torsión, es fácil entender lo que ocasiona una hernia de disco. Una hernia de disco puede desarrollarse súbita o gradualmente, en cuestión de semanas o meses.

Las cuatro etapas de una hernia de disco incluyen:

  1. Degeneración del disco: los cambios químicos asociados con el envejecimiento debilitan a los discos, pero no son causa de hernia.
  2. Prolapso: la forma o posición del disco cambia y se produce una ligera invasión al interior del canal medular. También se llama protrusión o abultamiento.
  3. Extrusión: el núcleo pulposo gelatinoso atraviesa la pared semejante a una llanta (anillo fibroso), pero permanece dentro del disco.
  4. Secuestro o Disco Secuestrado: el núcleo pulposo atraviesa el anillo fibroso y se ubica fuera del disco en el canal medular (hernia del núcleo pulposo o HNP, por sus siglas en inglés).

Localización de la Causa del Dolor

Es interesante saber que no toda hernia de disco ocasiona síntomas. Algunas personas descubren que tienen una hernia de disco o un disco que protruye después de una radiografía que se les practicó por otra razón.

La mayor parte de las veces los síntomas hacen que el paciente solicite atención médica. La consulta con el doctor usualmente incluye un examen físico y neurológico; la revisión de la historia clínica, la evaluación de los síntomas y la historia de los tratamientos y medicamentos que ha probado el paciente.

Puede requerirse una radiografía para descartar otras causas del dolor de espalda, como la osteoartritis. La tomografía computada o la resonancia magnética verifica la extensión y localización del daño al disco. En ocasiones se requiere una mielografía.

Tratamiento No Quirúrgico

La mayoría de los pacientes no necesitan cirugía. Inicialmente, suele recomendarse una terapia aplicando frío/calor o medicamentos. Durante las primeras 24 a 48 horas la terapia a base de frío ayuda a reducir la hinchazón, los espasmos musculares y el dolor, al disminuir la circulación de la sangre. Después de las primeras 48 horas puede aplicarse terapia a base de calor. El calor aumenta la circulación para calentar y relajar los tejidos blandos. Una mayor circulación ayuda a arrastrar y eliminar las toxinas irritantes que pudieran acumularse en los tejidos como consecuencia del espasmo muscular y la lesión del disco. Nunca aplique hielo o calor directamente sobre la piel; se recomienda envolver la fuente de frío o de calor en una toalla gruesa durante 15-20 minutos cuando mucho.

Los medicamentos pueden incluir un antiinflamatorio para reducir la inflamación, un relajante muscular para calmar los espasmos y un analgésico para aliviar el dolor intenso, pero de corta duración (dolor agudo). El dolor de leve a moderado puede tratarse con antiinflamatorios no-esteroideos (AINEs). Estos últimos funcionan aliviando tanto la hinchazón como el dolor. También es posible que se le recomiende tratamiento rehabilitador. La fisioterapia incluye una combinación de tratamientos no quirúrgicos para disminuir el dolor y aumentar la flexibilidad. La terapia a base de hielo y calor, un masaje suave, los estiramientos y la tracción cervical son algunos ejemplos.

En cuestión de cuatro a seis semanas, la mayoría de los pacientes tienen alivio de los síntomas ¡sin cirugía. Sea optimista ante su plan de tratamiento y recuerde que ¡menos del 5% de los problemas de la espalda requieren cirugía!

Tratamiento Quirúrgico

La cirugía se considera cuando el tratamiento conservador no alivia los síntomas o cuando se sospecha compresión de la médula espinal.

Cuando se trata de aliviar la presión sobre un nervio y el dolor de cuello, la cirugía usualmente incluye una extracción completa del disco o discectomía, seguido por el implante de un dispositivo espaciador o una prótesis total de disco. Esta cirugía se hace en la parte anterior del cuello (se le llama microdiscectomía y artrodesis o prótesis discal anterior). Afortunadamente, estos procedimientos muchas veces pueden realizarse usando técnicas de invasión mínima. La cirugía de invasión mínima no requiere incisiones grandes, sino que hace pequeños cortes y usa instrumentos y dispositivos minúsculos especializados durante la operación, como un microscopio y un endoscopio.

Prevención

El envejecimiento es inevitable, pero los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a prevenir la enfermedad de disco cervical. Los factores de riesgo incluyen una mala postura y una mecánica corporal inadecuada, debilidad de los músculos del cuello, tabaquismo y obesidad.

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